sábado, 3 de noviembre de 2018

El Peronismo llega a la Provincia de Corrientes


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En Septiembre de 1947 llega al poder el peronismo en la provincia de Corrientes, mediante una intervención decretada por el entonces presidente Juan Domingo Perón sobre el gobierno del radical Blas Benjamín de la Vega, toma el cargo de interventor el general Juan Filomeno Velazco
Corría el año 1948 y sectores políticos aliados al Interventor Velazco le ofrecen que se postule como candidato a Gobernador de la Provincia, este decide renunciar y convocar a elecciones para Gobernador y Vice e integración de ambas Cámaras Legislativas, las que se realizaron el mismo año con el triunfo de la fórmula Juan Filomeno Velazco- Fernando Irastorza.
Por decisión del voto ciudadano, el general Velazco se convierte en el primer gobernador peronista en la historia democrática de la provincia, iniciando una etapa de verdaderas transformaciones en toda la geografía correntina a través de la obra pública, en Vivienda, Educación, Salud, Justicia, Caminos y Seguridad.
El general Velazco introdujo una visión en el tiempo que le tocó gobernar contraria al pensamiento aislacionista del conservadorismo, rompiendo el sesgo del atraso que la clase dominante imprimió durante décadas, siendo un ejemplo de servidor público que los dirigentes políticos correntinos o privados deberían imitar, para salir del ranking de estar en los primeros puestos, de desocupación, bajos salarios, deserción escolar, inseguridad, pobreza e indigencia.


Juan Ramon Vidal: Primer Mandato

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La agitación política se había iniciado, en la provincia y en la nación, con motivo de la lucha presidencial. Un grupo de ciudadanos liberales, hijos de Corrientes, pero con residencia en la Ciudad de Buenos Aires, se reunieron en Marzo de 1885 para considerar la situación política y ver si podían actualizar al partido en la provincia.
Los doctores Agustín P. Justo, Manuel F. Mantilla, Tomás J. Luque, Miguel G. Morel, Tomás y Manuel Canevaro, el coronel Santiago Baibiene y el teniente coronel Antonio Llopart -a quienes referimos- se dirigieron en circular reservada a sus amigos de Corrientes y, éstos, contestaron aceptando la iniciativa siempre que ella no se tradujese en movimiento armado y se contase con la aprobación del general Bartolomé Mitre.
Precisamente esta aquiescencia era la difícil. Si bien se había iniciado el debate de las candidaturas a presidente, el partido Nacionalista, cuyo jefe era el general Mitre y cuyo comité ejecutivo presidía el doctor Manuel Quintana, no actuaba en el movimiento de opinión iniciado, ni habría de hacerlo en la campaña electoral.
Por el contrario; Mitre, en una carta política de Mayo de 1885, a la que se había dado gran circulación, aconsejaba a sus amigos una “evolución, que obrando sobre el orden provincial, para moralizarlo, conciliase los intereses comunes”.
Concretando más su pensamiento, aludía a las candidaturas que habían surgido: la del doctor Miguel Juárez Celman, apoyada por el general Roca; la del doctor Dardo Rocha, ex gobernador de Buenos Aires -sostenida por la situación política de esa provincia- y el Comité Libertad, en la Ciudad de Buenos Aires; y la del doctor Bernardo de Irigoyen. Y aún cuando el general Mitre objetaba a las tres, expresaba que si las de Irigoyen o Juárez Celman prevaleciesen, como un hecho revestido de formas legales, serían aceptadas por su partido.
Los ciudadanos liberales que se pusieron al frente de dicha iniciativa, ante la actitud de Mitre, resolvieron gestionar un Acuerdo con algunas de las candidaturas del partido Autonomista Nacional, con tal que se entregase el Gobierno correntino a su partido, algo así como un do ut des.

- Acuerdo parcial con el doctor Manuel Derqui

En pleno desarrollo, el pensamiento se hizo imposible. El doctor Juan Esteban Martínez, jefe de una las fracciones del liberalismo correntino, comunicó haber aceptado por sí y sus amigos un acuerdo con el general Julio A. Roca, por el cual el doctor Derqui le entregaría un ministerio y algunas situaciones departamentales y que, en el caso de que el partido Liberal no viese con buenos ojos su actitud, él se separaría de sus filas.
Advertido el general Mitre del asunto, expresó que la candidatura Juárez Celman era ya un hecho, y que la garantía del general Roca a ese acuerdo era respetable.
El acuerdo Derqui - Martínez no llegó a los hechos. El gobernador correntino no se sentía sólido en su situación; en el seno del oficialismo, exigencias legítimas trabajaban su unidad, mientras dirigentes liberales de la provincia organizaban un comité formado por los doctores Juan E. Torrent, José M. Guastavino, Juan M. Rivera, Tomás Luque y Juan Esteban Martínez.

- La candidatura Juárez Celman aceptada por el liberalismo del doctor Martínez

El general Roca, a quien interesaba una situación política fuerte en la provincia o la seguridad de que la oposición no pondría en peligro los electores correntinos para el candidato doctor Miguel Juárez Celman, acreditó una delegación integrada por el doctor Daniel M. Escalada y Darío Beccar.
El partido liberal hizo suyas las bases de sus correligionarios en la Ciudad de Buenos Aires, es decir, la eliminación del doctor Derqui y la entrega del Gobierno, pero el general Roca no aceptó las exigencias. Derqui, advertido del asunto, se negó entonces al menor acuerdo.
Así las cosas, surgió en el seno del partido liberal una fuerte tendencia a aceptar la candidatura a presidente del doctor Miguel Juárez Celman, fundándose en las promesas del general Roca y del propio candidato. A su frente se puso el doctor Juan Esteban Martínez y su prestigio y palabra autorizada produjeron, naturalmente, una grave división en su seno que inutilizó al partido liberal correntino como factor político en la cuestión presidencial.
A mediados de 1886, un desacuerdo en las filas del oficialismo, como la salud del propio doctor Derqui, le impuso el alejamiento del poder. El vicegobernador, Joaquín Vedoya, había renunciado el 8 de Febrero, por lo cual la renuncia del doctor Manuel Derqui, el 17 de Abril, colocó en el P. E. al entonces presidente de la Legislatura, José María Llano.
Poco después se instaló ésta, para el período de 1886, designando presidente a Angel Soto quien, en ese carácter, se hizo cargo del P. E. el 30 de Junio de ese año, actuando de Ministro General el doctor José Benjamín Romero. El doctor Derqui fue, a su vez, elegido representante de Corrientes en el Senado Nacional.

- En la provincia se elige al doctor Juan Ramón Vidal. Los amigos del doctor Martínez ingresan al oficialismo

Este movimiento de hombres guardaba estrecha relación con la designación del gobernante correntino para el trienio a iniciarse en Diciembre de 1886. La candidatura del doctor Juan Ramón Vidal congregó a la enorme mayoría del partido Federal, afianzándolo durante el proceso eleccionario.
Convocado el pueblo a los comicios (decreto del 13 de Octubre) para el 16 de Noviembre, efectuáronse sin inconvenientes, designando el Colegio Electoral, el 6 de Diciembre, gobernador y vicegobernador de la provincia, al expresado doctor Vidal y a don Angel Soto.
El día 25, el electo entró en posesión del cargo, designando ministros a los doctores José F. Soler, para Gobierno; y Ramón A. Parera, para Hacienda. Juan Ramón Vidal es el 30mo.gobernador constitucional propietario de la provincia de Corrientes.
Poco después (27 de Abril de 1887), el doctor Soler renunciaba, nombrándose en su reemplazo al doctor Juan Balestra. La designación era trascendental; el doctor Balestra era amigo político del doctor Juan Esteban Martínez, y estaba solidarizado con su pensamiento y, claro está que, junto con el ministro de Gobierno, entraron a colaborar distinguidos ciudadanos del liberalismo.
Juárez Celman era ya presidente de la República. Para dar unidad a su acción de gobernante y solidez al régimen de hombres, se organizó en todo el país el partido Nacional, reconociendo por jefe al presidente -en la nación- y a los gobernadores en las provincias.
El doctor Juan Ramón Vidal sumó al Gobierno de la provincia el de las fuerzas de la política oficialista y pudo imprimirse a la gestión de los intereses generales el mejor de los dinamismos.

- Administración y Gobierno

Su obra fue fecunda. Como él lo consigna en su mensaje, inaugurando el período legislativo de 1887, el progreso que se despertó en la provincia no fue obra exclusiva de su gestión. Fue bajo su mano de piloto la suma de una serie de factores en que se destacaba un fuerte optimismo en la masa popular y en sus dirigentes sobre los destinos superiores a que estaba llamada la provincia.
Fue también una reacción contra viejas prácticas, de abusos desde el Gobierno y uso de la fuerza para llegar a él, formas casi únicas de la historia política en las últimas décadas, de las que se salía -sobre todo- por la conciencia de una argentinidad superior.
El país ya no era el conjunto de aldeas de los tiempos recién transcurridos; Europa, desde sus Gobiernos, a su banca, a su industria y a su comercio, ponían a la nación en un plano superior respetado y todos se afanaban, porque este orden de cosas tuviese su correspondiente en la vida interna de la República.
Y la paz, el trabajo y el optimismo arrastraron a gobernantes y gobernados a una acción apresurada; la valorización se produjo en la tierra y en los frutos y, con el aumento de la riqueza privada, la de orden público tomó vuelo y hubo confianza en el porvenir.
Durante este Gobierno, la provincia contrató su primer empréstito externo de 1.000.000 de libras esterlinas (ley del 23 de Agosto de 1888), que produjo 4.962.585 pesos oro. Con este capital se fundó el Banco de la Provincia de Corrientes, poderoso organismo que esparció grandes beneficios y que ganó dinero desde el primer año de actividad.
Sobre esta iniciativa se ha escrito muchísimo; el debate político tomó las líneas externas de la historia de esta institución y la considera como un manantial en que el abuso llegó a sus límites más inauditos hasta concluir con ella.
El análisis detallado del Banco y de su historia correspondería a un estudio especializado de la economía y las finanzas correntinas. Por ahora, debemos dejar constancia que sus beneficios durante este período de Gobierno fueron positivos; que su clausura correspondió al trienio constitucional siguiente; que fue, en el fondo, consecuencia de la crisis nacional y de la corrida de sus Bancos, como que fue uno de los llamados “bancos garantidos” pero que, liquidado en años posteriores, no dio pérdida alguna a la provincia; por el contrario: le dio un saldo apreciable(1).
Las iniciativas de orden general fueron numerosas, sin descuidar el apoyo y cooperación a aquellas actividades privadas de acción colectiva que el Gobierno completaba en un sentido práctico. Un ejemplo de esa política fue la fábrica de tejidos instalada en la capital y que, adquirida por el Gobierno, se convirtió en una escuela de artes y oficios que aún subsiste.
La educación pública recibió un fuerte impulso. En 1887 se instaló por primera vez el Consejo Superior de Educación, de acuerdo a la ley de su establecimiento, quedando así el organismo escolar a cargo de un instituto con autonomía. Las necesidades se satisfacieron, aumentándose el número de escuelas graduadas y técnicos recorrieron la provincia a los efectos de las mejoras progresivas que se ejecutaron.
Entre iniciativas trascendentales tenemos la concesión e iniciación de los trabajos de una línea ferroviaria entre Bella Vista y San Roque; el establecimiento del Registro de la Propiedad y fijación de su régimen; la reglamentación de las becas, de la percepción de los fondos escolares y del procedimiento de venta de la tierra municipal; la iniciación de los trabajos del Ferrocarril Primer Correntino; de la pavimentación, con granito uruguayo, de la capital; y la demostración del poder económico de la provincia con la concurrencia de sus productos, bajo el patrocinio del Gobierno, a la exposición que se celebró en Paraná, en 1887, realizándose en la Ciudad de Corrientes una exposición preliminar.
La obra de detalle -por Departamentos- puede ser sintetizada así:
* Capital: construcción del cuartel y cárcel pública; asignación de tierras fiscales para la reconstrucción del templo de La Cruz; obras en los templos de la Matriz y La Merced; trazado definitivo de los tres caminos generales que la unían a Lomas; creación de la Asistencia Pública bajo la dirección del Consejo de Higiene; iniciación de cuatro edificios escolares; monumento al sargentoJuan Bautista Cabral.
* Mercedes: estudio para la instalación de aguas corrientes; mercado municipal; cooperación al levantamiento de la pirámide de su plaza central y ampliación de sus ejidos dándole zona de agricultura.
* Goya: construcción del cuartel; obras en el templo; fomento de las colonias vecinas que se apoyaron en toda forma; y estímulo a los trabajos en pro de la educación; una sociedad popular organiza una escuela superior graduada y trae para su dirección a las señoritas King, técnicas norteamericanas.
* Curuzú Cuatiá: reparación de su cuartel; ensanche de Colonia Vidal; mercado municipal; obras en el templo.
* Alvear: ensanche de sus ejidos.
* Santo Tomé: mercado municipal y delineación de los terrenos de sus ejidos para colonización.
* Monte Caseros: mercado munieipal y formación de un centro agrícola en sus ejidos.
* Esquina: el centro agrícola Berón de Astrada tomó gran incremento, como su comercio en general; el río Corriente servía a la navegación de más de 60 chatas dedicadas al transporte de maderas desde los bosques del Paiubre, que salían por ese puerto.
* San Miguel: asignación de tierras fiscales a un centro agrícola que se organizó.
* San Martín: delineación del pueblo de Yapeyú.
El 25 de Diciembre de 1889 terminaba el período del gobernador, doctor Juan Ramón Vidal. El Colegio de Electores, a quien correspondía la designación del sucesor, elegido en Noviembre de ese año, se reunió el 6 de Diciembre, proclamando la fórmula Antonio Ignacio Ruiz y Manuel Echavarría, ambos miembros del viejo partido Federal o Autonomista.
La fuerza política actuante, que tuvo la responsabilidad de la elección, fue el partido Nacional que se constituyó con federales y liberales, amigos del doctor Juan Esteban Martínez.


La Epoca de Juan Gregorio Pujol


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Después de la caída de Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852, se inició el proceso que culminó con la sanción de la Constitución Nacional el 1 de mayo de 1853. Posteriormente, Urquiza resultó electo presidente de la Confederación Argentina y estableció como sede del gobierno nacional la ciudad de Paraná, en la provincia de Entre Ríos. La provincia de Buenos Aires no se integró a la Confederación
Argentina y se constituyó en un estado autónomo y separado del resto, situación que se mantuvo hasta 1859, cuando Urquiza venció al Ejército de Buenos Aires conducido por Bartolomé Mitre. Para la posterior integración de Buenos Aires, se debió reformar la Constitución Nacional en 1860, pero la unión definitiva se consiguió recién en 1862, luego
de la Batalla de Pavón. En Corrientes, después de la batalla de Caseros, un grupo de liberales que no estaban de acuerdo con la influencia de Urquiza en la provincia, provocó
la caída del gobernador Benjamín Virasoro y el acceso al gobierno de Juan Gregorio Pujol que se hizo cargo del Poder Ejecutivo provincial el 25 de agosto de 1852 y ocupó ese lugar durante tres períodos consecutivos hasta el 1859. El nombramiento de Pujol, un civil que se había destacado por sus estudios universitarios, para encabezar un gobierno que
debía conducir la transición de un estado de fuerza y anarquía a un régimen de orden y
constitucionalidad, era el reflejo de la disposición favorable de la elite dirigente provincial que pretendía cerrar el período de las epopeyas guerreras. La mayoría de los historiadores consideran su administración como una etapa de progreso para la provincia. Sin embargo, en cuanto a los fines que guiaron su actuación política, las posturas son diferentes y en algunos casos contrapuestas.


La Batalla de Arroyo Grande: 6 de Diciembre de 1842


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El 10 de febrero de 1842, Pedro Ferré se trasladó a Paraná. Desde su llegada, comenzaron los problemas con el General Paz, que había acumulado todo el
poder posible. Mientras tanto, los federales rosistas se preparaban para la revancha.
En definitiva, Ferré terminó poniendo el mando del ejército de Corrientes en manos del
general Manuel Vicente Ramírez y Paz aceptó gobernar Entre Ríos, ofrecimiento hecho por los mismos enterrianos que, como seguían siendo federales y partidarios de Rosas, temían quedar a merced del ejército correntino. Por esta razón, Ferré y el resto de los correntinos lo dejaron completamente solo, excepto un batallón de negros y una pequeña
fuerza armada con prisioneros de Caá Guasú. El aliado uruguayo, Fructuoso Rivera, también colaboró lo menos posible. A partir de ese momento, cobraron coraje los federales entrerrianos y tanto Ferré como Paz debieron abandonar Entre Ríos. Los intentos posteriores de Paz de hacerse cargo nuevamente del ejército de Corrientes fracasaron. Como un intento final de enfrentar adecuadamente la batalla que se acercaba, Ferré se reunió en Paysandú con Rivera, Paz y el ex gobernador de Santa Fe, Juan Pablo “Mascarilla” López, a mediados de octubre de 1842. Una vez más, no hubo acuerdo con Paz que deseaba concentrar en sus manos el poder político y militar, por eso éste se retiró. En definitiva, quedó Rivera a cargo de la guerra por completo. El ejército correntino abandonó su campamento de Villanueva, bajo las órdenes del General Ramírez, uniéndose en proximidades de Gualeguay a los uruguayos de Rivera y algunos
brasileños de Río Grande do Sul. El 6 de diciembre de 1842, ambos ejércitos se encontraron en territorio entrerriano, en el sitio llamado Arroyo Grande, donde Manuel Oribe, general de Rosas, se había fortificado. Los efectivos eran aproximadamente los mismos, unos 8.000 hombres de cada lado. Los federales tenían un mando unificado, grandes jefes como Oribe además de soldados disciplinados y con gran experiencia de combate; sin embargo, las fuerzas de Rivera eran un conjunto muy desparejo, con jefes de segunda fila, incluido él mismo, que nunca había tenido a sus órdenes tantos hombres.
Faltaba el único que podía haber conseguido otra victoria: José María Paz.
La ambición de Paz fue la causa de la derrota. Todos los historiadores coinciden en que
Arroyo Grande fue la batalla más sangrienta y peleada de las guerras civiles. Después de lo sucedido, el ejército de Corrientes se dispersó y cada uno de los derrotados sólo pensó en su salvación y la de sus familiares. Por temor a la venganza de los
vencedores, se desató un caos incontrolable, numerosos pedidos de dinero y auxilios para huir del país llegaban a Ferré. Ante esta situación, Ferré presentó su renuncia, recomendando que se designara a la principal figura rosista de la provincia, el ex gobernador Pedro Dionisio Cabral, y luego huyó con su familia al Paraguay, radicándose después en San Borja (Brasil) donde para vivir tuvo que volver a dedicarse a su
oficio de constructor de canoas. La ambición de Paz fue la causa de la derrota. Todos los
historiadores coinciden en que Arroyo Grande fue la batalla más sangrienta y peleada de las guerras civiles. Después de lo sucedido, el ejército de Corrientes se dispersó y cada uno de los derrotados sólo pensó en su salvación y la de sus familiares. Por temor a la venganza de los vencedores, se desató un caos incontrolable, numerosos pedidos de dinero y auxilios para huir del país llegaban a Ferré. Ante esta situación, Ferré
presentó su renuncia, recomendando que se designara a la principal figura rosista de la
provincia, el ex gobernador Pedro Dionisio Cabral, y luego huyó con su familia al Paraguay, radicándose después en San Borja (Brasil) donde para vivir
tuvo que volver a dedicarse a su oficio de constructor de canoas.

La Tragedia de Pago Largo: 31 de Marzo de 1839


Hacia 1838 Francia competía con Inglaterra para obtener un lugar en el comercio con el Río de la Plata. Ya conocemos la posición de Buenos Aires (Rosas) y de Corrientes (Ferré), y queda claro que los productos ingleses ocupaban un lugar de privilegio en el libre comercio entendido al modo de los porteños. Por unas causas o por otras, los franceses intiman a Rosas y terminan bloqueando con una escuadra el puerto de Buenos
Aires y la navegación del Litoral. Los franceses se respaldan en el gobierno de Montevideo que ejerce Fructuoso Rivera y tienen el apoyo de los unitarios porteños que han emigrado perseguidos por Rosas y viven allí (en materia económica, estos unitarios no piensan de modo diferente a Rosas, simplemente desean desplazarlo del poder en beneficio suyo, por eso la alianza con los franceses) Perjudicado, el gobernador de Santa Fe, Estanislao López,  negocia con los franceses el levantamiento del bloqueo al Litoral. Busca y obtiene a tal efecto el apoyo de Berón de Astrada. López fallece inesperadamente y lo reemplaza Domingo Cullen, quien es derribado y fusilado por traidor
debido a una revolución encabezada por Juan Pablo López (hermano de Estanislao). Rosas obliga a Berón de Astrada a definirse, pero todo intento de acercamiento fracasa
porque está bajo la influencia de Salvador María del Carril (ex ministro de Bernardino Rivadavia y uno de los principales instigadores del asesinato de Manuel Borrego) y de un primo hermano de Ferré, Valentín Alsina. Éstos le ofrecen el apoyo de los unitarios refugiados en Montevideo y una posible alianza con Fructuoso Rivera. Consciente
de la posición precaria en que lo ha colocado el apoyo a Cullen, Berón de Astrada no ve otra salida que alzarse en armas contra la Confederación. De esa forma, el 31 de diciembre de 1838, se firma un tratado de alianza entre Corrientes y Uruguay. El 26 de febrero, Berón de Astrada, sin haber obtenido apoyo concreto de Rivera o de los emigrados, declara la guerra y va con el ejército correntino hacia el río Mocoretá,
buscando unir sus fuerzas con las uruguayas Finalmente, invade Corrientes el ejército entrerriano bajo las órdenes de su gobernador, Pascual Echagüe. Berón de Astrada
retrocede y, el 31 de marzo de 1839, en medio de los calores de la siesta, es sorprendido en Pago Largo (sitio cercano a Curuzú Cuatiá) Allí el inexperto ejército de Corrientes y sus jefes se ven obligados a pelear la primera gran batalla de su historia, sufriendo una desastrosa derrota.

Pedro Ferre: Medidas de Gobierno


Política de Seguridad Interior: Implementa medidas para expulsar de la provincia a toda
persona sospechosa “de atacar la seguridad y tranquilidad o desacreditar a sus autoridades superiores”. Se trató de unas “facultades extraordinarias” otorgadas por el Congreso para enfrentar las situaciones de guerra y reprimir con dureza el delito. En
un momento dado representaron una especie de “suma del poder público”. Política Económica y Financiera: Proteccionismo; Prohíbe auxiliar con ganados, la introducción de manufacturas y la exportación de maderas al Ejército; regula los derechos de frutos y establece el cobro de derechos de depósito para los buques procedentes del
Paraguay. Reactivación agropecuaria y comercial: Prohíbe la matanza de caballos
y yeguas, establece Ordenanzas e instrucciones para labradores y hacendados, fija horarios a los obreros, fomenta la industria, abre para la explotación los bosques fiscales y yerbales, y habilita el Puerto de Santa Ana, sobre el río Uruguay. Normalización de la propiedad de la tierra: Establece un registro de las propiedades rurales, pone en venta las tierras fiscales y declara garantidos los títulos de propiedad sobre la venta de esas tierras. Empleo del papel moneda como forma de crédito público: El 13 de mayo de 1826 se hace la primera emisión de billetes. Se la retiró el 31 de octubre debido a l gran número de falsificaciones. Políticas Urbanísticas: Funda Bella Vista, Empedrado y Mercedes; rectifica el trazado colonial de Saladas, Capital, Santa Lucía, San Roque, Mburucuyá, Sauce; aumenta de categoría -según el número de habitantes- a Goya, Saladas, San Roque; edifica numerosas escuelas, templos y cuarteles en las localidades del interior.

Corrientes Encabeza el Interior


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Corrientes sobresalía por su localismo pero también por mantener su poder político y social sobre las zonas rurales, a diferencia de lo ocurrido en otras provincias donde la Revolución de Mayo desplaza el poder político social hacia las zonas rurales y lo pone en manos de los sectores agro ganaderos . El “patriciado” o grupo social dominante continúa siendo el m i s m o, compuesto por comerciantes y productores que conservan muchas de las costumbres coloniales. Será lo más próximo a una “clase dirigente” que habrá por entonces en el Río de la Plata y lo que permitirá que, mientras la mayoría de las provincias se vean sojuzgadas por poderes autoritarios concentrados en manos de una sola persona el “caudillo” en Corrientes Pedro Ferré sea sólo un representante, la cara visible de un grupo social. De este modo, Corrientes aventaja a las otras provincias sancionando una “Constitución” (1821), cumpliéndola y perfeccionándola (Reforma de
1824). Asimismo, el Poder Legislativo controla los actos de los gobernadores, éstos se suceden unos a otros mediante elecciones, hay una economía saneada que lleva a Ferré a manifestar que la Provincia “…no adeuda un centavo…”. De igual forma, se fundan pueblos, se abren escuelas y la justicia actúa de modo tal que quienes ingresan al territorio provincial se asombran por la escasez de delitos.


El Primer Gobierno Constitucional de Corrientes

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Mientras que la mayoría de las provincias, en particular Buenos Aires, atraviesan una gravísima crisis principalmente política, el 12 de octubre de 1821 Corrientes inicia un período de paz, estabilidad y gobiernos elegidos. Entre 1822 y 1824 Juan José Fernández Blanco gobierna sólo vigilado por el Cabildo, restablecido después de la Revolución del 12 de octubre de 1821. Fernández Blanco resume su gestión de gobierno durante la apertura de la nueva Legislatura, el 8 de julio de 1824: “Se mantuvieron controlados a los indios misioneros, pudo darse seguridad a Goya contra las invasiones de los indios abipones desde el Chaco, construyendo un fortín hacia el sur para facilitar la defensa; se construyó un Cuartel General en Garzas (hoy Bella Vista) y se instalaron cinco destacamentos en fortines, protegiendo la costa del Paraná en una extensión de unos 170 kilómetros. Además, se completó  la milicia provincial y se la armó convenientemente; se
distribuyeron las tierras ribereñas sobre el río Paraná hasta Itatí, se organizó la recaudación de impuestos y la estancia Rincón de Luna”.
Como detalle interesante, el Gobernador explica el modo en que se realizó el reclutamiento para la milicia: “…se sacan hombres de conocida familia cuya educación la
hayan acreditado con arreglada conducta y de la clase de solteros, los de mejores
condiciones, talla, y sin defecto personal...
”. Respecto al Cabildo, son importantes sus actividades no sólo por tratarse de su última actuación, ya que se disuelve en 1824 después de siglos de funcionamiento; sino también porque reemplaza al Gobernador
cuando debe ausentarse en cumplimiento del Reglamento Provisorio Constitucional.

Corrientes: República Entrerriana


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El vencedor de Artigas, Francisco “Pancho” Ramírez, entra con sus tropas en Corrientes el 19 de septiembre de 1820. Días después, disuelve el Cabildo y concentra en sus manos el poder político y militar. Además designa en los puestos clave a gente que, siendo de los sectores más poderosos, no forma parte de la dirigencia política habitual, para que colaboren con él como alcaldes de barrio. Sin embargo, en la nueva alcaldía que ha creado y en la comandancia de armas, nombra a personas conocidas. Más allá de su actitud conciliadora, Ramírez impone pesados impuestos a la clase alta, oprime a los pobladores ricos con donaciones forzosas de sus bienes y su dinero. Algunas de esas contribuciones figuran como voluntarias, por ejemplo las que se usan para terminar el Cabildo y otras obras públicas. También obliga a los conventos a entregar grandes sumas de dinero. Por otra parte, temiendo un intento militar desde las campañas en su contra, lleva a cabo un censo y prohíbe la radicación de vecinos nuevos sin permiso previo de las autoridades militares. Como vemos Corrientes ya no forma parte de una “Liga” o “Federación”, se la considera conquistada militarmente y, en consecuencia, Ramírez la incorpora al resto de los territorios que ya domina, reduciéndola a “departamento” de un nuevo estado: La República Entrerriana.
Organismo político – militar en el que cada departamento es gobernado por un Comandante de Armas. José Simón García de Cossío, uno de los colaboradores correntinos más estrechos de Ramírez, trabaja para organizar ese nuevo cuerpo político.
Fue la primera vez que se recurrió al voto directo con un fin que se clarificó cuando, luego de la elección, todos los posibles opositores fueron reclutados como soldados para sacarlos de la Provincia. A n t e s de retirarse de Corrientes, Ramírez pone al frente del gobierno a Evaristo Carriegos, hombre de su confianza. Además, ordena que en su ausencia sea reconocido como Supremo Interino su hermanastro, Ricardo López Jordán. Se lleva también casi todo el ganado, deja órdenes para que le envíen otras cosas despojadas a los correntinos y se dirige entonces hacia Buenos Aires con el objetivo de atacarla, pero pocos meses después es derrotado y muere.